Expertos USM entregan prácticos consejos para evitar que el frío entre en el hogar

27 · abril · 2010

Para lograr una mayor eficiencia y disminuir los costos de los sistemas de calefacción es fundamental lograr la mayor aislación y hermeticidad posible de la vivienda, sin olvidar la necesaria ventilación.

Jaime Espinoza, Director del Centro de Innovación Energética (CIE) de la Universidad Santa María y Bruno Piazze, docente del Departamento de Construcción y Prevención de Riesgos de la Sede Viña del Mar de la misma Casa de Estudios, realizan importantes recomendaciones para impedir que la época invernal se lleve el calor de hogar.

Como primera medida, ambos expertos aseguran que la aislación de las viviendas es trascendental en muros, cielos y cubierta de techumbre. Espinoza señala que “el material de aislación tiene precios relativamente baratos a la hora de comprarlo en una ferretería y no es difícil de instalar. Colocar aislación adicional en el entretecho permitirá comprobar una diferencia inmediata en la temperatura de las casas y en el menor gasto de calefacción”.

De esta forma, mantener bien selladas las puertas y ventanas es de igual importancia. Las grietas o rendijas dejan salir el calor y, a la vez, permiten el paso del aire frío. Colocar cintas aislantes evita que ingrese el frío y la pérdida de calor.

Cerrar ambientes que no sea necesario climatizar es de gran ayuda también, ya que se disminuye el volumen de la zona a climatizar, lo que permite aumentar la eficiencia del sistema de calefacción. Asimismo, “utilizar cortinas y mantenerlas cerradas en la noche para evitar la pérdida de calor a través de los vidrios de ventanas y ventanales y dejarlas abiertas durante el día son otras medidas básicas”, comenta Piazze.   

Siguiendo esta misma línea, los vidrios de las ventanas son un elemento a considerar. La utilización de ventanas tipo termopanel de PVC presenta una solución. “Si se tiene ventanas de cristal simple en la casa, se debe evaluar su reemplazo con ventanas de doble cristal, las cuales son más eficientes energéticamente. Las ventanas dobles pueden reducir la pérdida de calefacción en invierno hasta en un 50 por ciento. El mayor costo se podría recuperar en 2 años”, aconseja Jaime Espinoza.

Otras de las recomendaciones para calefaccionar las viviendas es la aislación de las cañerías de agua caliente, especialmente si están localizadas en un área fuera del alcance de la calefacción, por ejemplo si se encuentran en un sótano.

En el caso de contar con una chimenea en el hogar se debe verificar si está abierta, y si ésta no se utiliza es aconsejable mantenerla tapada o sellada, debido a que crea tiraje y permite el ingreso de aire helado.

También, colocar el termostato del calefactor con la temperatura más baja con la que las personas que habitan el lugar se sientan cómodos y bajarlo en la noche mientras todos duermen ayuda en gran medida a economizar.

Finalmente, pero no menos importante, es la limpieza de los calefactores y la mantención periódica del sistema de calefacción, además de la revisión que éstos no se encuentren bloqueados por muebles y alfombras.

Equipos de calefacción

Ante la llegada de invierno, el mercado actual ofrece variados sistemas de calefacción, los cuales utilizan diferentes combustibles para su funcionamiento. Para orientar a los compradores, el Director del CIE de la USM realiza una práctica comparación de éstos.

La parafina por su bajo costo comparativo y eficiencia es uno de los combustibles más utilizados en los hogares chilenos. Sin embargo, ésta presenta algunas desventajas considerables. En primer lugar, es contaminante y presenta cierto grado de toxicidad que puede, incluso, llegar a provocar alergias e intoxicaciones. Además, su uso es incómodo, pues requiere estar rellenando permanentemente el estanque. Y, a esto se suma que su manipulación es la más riesgosa. Los incendios por derrames en el momento del vaciado o por contacto de la mecha con objetos inflamables son muy frecuentes.

Por otro lado, el gas es muy eficiente y tiene un adecuado costo/beneficio en relación al valor del gas versus el calor producido. Éste es poco contaminante, dependiendo del mantenimiento del equipo, y no tiene más riesgos para la salud que los causados por el mal estado de los equipos y accesorios o por una inadecuada manipulación. No obstante, cada sistema de calefacción a gas presenta sus pro y contra en relación al costo del consumo, al suministro y al almacenamiento del combustible en cuestión.

La más cara de las opciones y que produce menor calor que una estufa a gas, pero mucho más cómoda y segura es la electricidad. Ésta es una energía limpia, segura y que no presenta problemas de almacenamiento, con suministro permanente e inmediato.

El mercado ofrece varios modelos de estufas y calefactores que funcionan a base de electricidad, por ello es recomendable preferir los del tipo termoventiladores o convectores eléctricos porque el calor se reparte más rápido y se puede ajustar muy bien con un termostato. Además se puede dejar funcionando en la noche sin riesgo.

El último de los combustibles más comúnmente utilizados es la leña. Instalar una chimenea es caro y requiere de un espacio suficientemente amplio, tanto para el aparato como para la leña. Debido a que su combustión es altamente contaminante en chimeneas abiertas, incluso su uso ya está prohibido en Santiago.  

A este inconveniente se suman la incomodidad del suministro, la necesidad de disponer de un espacio de almacenaje de leña y la permanente rutina de limpieza de cenizas y hollín.

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