Teletrabajo: una oportunidad de repensar la educación en la era de la tecnología

24 · abril · 2020

La académica del Departamento de Informática de la USM, Dra. Lioubov Dombrovskaia, analiza el explosivo aumento del uso de software y herramientas digitales que ha generado el teletrabajo y la educación a distancia en el marco de la pandemia, y las oportunidades que este hecho ofrece a nuestra sociedad.

La llegada del COVID-19 a nuestro país cambió la forma en que los chilenos desarrollamos nuestras labores. Debido al riesgo de contagios, los niños y jóvenes dejaron de asistir a clases, dando paso a la educación a distancia, tanto a nivel escolar como superior, y muchas empresas e instituciones vieron en el teletrabajo un mecanismo para mantener a su personal trabajando de manera segura. Un ejemplo de ello es nuestra Casa de Estudios, que adoptó ambas modalidades en beneficio de la salud de sus estudiantes y trabajadores.

Es en este contexto en el cual los software y herramientas digitales han tomado una especial importancia para un desarrollo eficiente tanto a nivel laboral como académico. Las reuniones virtuales y videoconferencias reemplazaron a las reuniones presenciales de trabajo, y las clases online, a las clases presenciales, generando la necesidad de adaptarse al uso de las tecnologías.

“El escenario actual, en el que los colegios y universidades de varios países están ofreciendo la educación a distancia, es algo inédito en la historia de la educación. Por otro lado, la idea del teletrabajo no es nueva, pero la pandemia nos ha demostrado que es posible trabajar productivamente de esta forma”, señala la Dra. Lioubov Dombrovskaia, académica del Departamento de Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María en Campus San Joaquín.

Teletrabajo: adecuando nuestras labores

En los últimos años, las empresas tecnológicas han investigado la productividad de sus trabajos con y sin presencia en la oficina, abriendo la opción de trabajar algunos días de la semana en casa o de tener horarios más flexibles, modalidad que ha sido empleada por otros rubros debido a la pandemia de COVID-19.

La Dra. Dombrovskaia afirma que “el teletrabajo no es posible sin la tecnología y las herramientas adecuadas. La disponibilidad y la velocidad del acceso a internet condiciona el tipo de trabajo que se puede hacer, a lo que se suma lograr la seguridad de acceso a los sistemas productivos”.

Además, la académica recalca que “esta forma de trabajo no funciona para todas las empresas y para todas las personas, ya que algunas instituciones requieren supervisar los procesos productivos directamente, y determinadas personas necesitan más supervisión para lograr los objetivos propuestos. También depende de la cultura de la empresa: si la labor es orientada a objetivos, se puede orientar a los trabajadores para cumplir estos objetivos remotamente sin perder la productividad y disminuir sus niveles de estrés, como ha sido medido en numerosos estudios alrededor del mundo”.

¿Cuál cree que es el principal desafío para esta modalidad de trabajo en el contexto de la pandemia?

El desafío de la pandemia se encuentra en adecuar nuestra forma de trabajar a las circunstancias y aprender a usar mejor las herramientas disponibles. Estamos en nuestras casas, con nuestros hijos, y eso requiere flexibilidad por parte de los empleadores y por parte de los colegas. Es necesario adecuarse a los tiempos y a los espacios disponibles.

Por otro lado, los empleadores deben asegurarse que sus trabajadores tengan un computador adecuado para el tipo de trabajo y una conexión a internet que permita ocupar los programas con la productividad adecuada.

Otro elemento importante es la seguridad de los datos. Si esto es importante para una empresa, entonces debe prestar especial atención a este punto y educar a sus trabajadores en el uso seguro de redes y comunicaciones.

¿Qué herramientas existen actualmente para desarrollar con éxito esta modalidad?

Hay varios tipos de herramientas que permiten trabajar colaborativamente en línea. En materia de gestión de proyectos, si hace 15 años la herramienta de gestión más usada era el Microsoft Project, en la actualidad hay muchas herramientas en línea, como Trello y Monday por mencionar algunas. Muchas de ellas tienen versiones gratuitas que son adecuadas para las PYMES, lo que permitiría distribuir las tareas entre pocos trabajadores y seguir su cumplimiento en varios proyectos a la vez. Hay otras herramientas más avanzadas que son apropiadas para empresas más grandes, con costos mucho más elevados.

Las herramientas de colaboración van desde la edición en línea de un archivo o una planilla de cálculo hasta la creación de un diseño de un nuevo producto. Con las cuentas Google, ya se puede crear un documento y editarlo junto con los colegas.

Y también están las herramientas de videoconferencia, que son un reemplazo de las reuniones cara a cara. En este caso, depende de cuántas personas se quieren conectar simultáneamente. Skype, Google Meet, Facebook Messenger y muchos otros permiten tener reuniones en línea gratuitamente con pocas personas. Si se quiere hacer un seminario con cientos de personas, habría que buscar otras soluciones más avanzadas.

¿Cree que este escenario fomentará el desarrollo del teletrabajo en el futuro?

Para muchas empresas es una realidad, y para muchos trabajadores puede ser un anhelo. El software existe y seguirá mejorando, adaptándose a las necesidades de los usuarios y a las situaciones actuales de uso intensivo de ellos. Aparecerán nuevas herramientas y aprenderemos a sacar un mayor provecho de ellas.

La pandemia nos demostró que es posible trabajar productivamente a distancia. Creo que el teletrabajo será una modalidad permanente, que podremos aprovechar en beneficio propio y de nuestras familias.

Educación a distancia: la tecnología como apoyo al aprendizaje

El escenario actual no sólo llevó a las universidades a recurrir a esta modalidad, sino también a los establecimientos escolares, quienes, al ver suspendidas las clases presenciales por instrucción del Gobierno, debieron adaptarse y recurrir a la tecnología para poder tomar contacto con sus alumnos y entregar algún tipo de contenidos a la espera del retorno a clases.

¿Cómo analiza la respuesta de los distintos establecimientos educacionales al ver imposibilitado el desarrollo de las clases presenciales?

Estamos ante un escenario inédito en la historia de la educación. Las instituciones educativas tuvieron que adaptarse a esta realidad en algunos días o semanas. Las universidades incursionan en esta modalidad hace bastante tiempo, principalmente en la educación continua, por lo cual pudieron adaptarse más fácil. En cambio, la mayoría de los colegios estaban menos preparados, sin la plataforma adecuada para ello ni la capacitación necesaria de los profesores.

En educación a distancia, la clase tradicional dictada por videoconferencia no es la manera más adecuada de lograr el aprendizaje de los alumnos, ya que no permite revisar si realmente están aprendiendo. Dejar solamente las guías o proyectos a los alumnos tampoco es adecuado para todos los estudiantes, y menos aún para sus padres, que estarían supliendo la labor del profesor.

El desarrollo de los cursos abiertos y masivos (MOOCS) proporcionan algunas guías sobre las mejores formas de enseñar en línea: cápsulas cortas de video, seguidas de cuestionarios o ejercicios en línea, sesiones de consultas o trabajo en equipo colaborativo apoyado por herramientas de videoconferencia, y evaluaciones más cortas y frecuentes que la tradicional.

¿Considera que existen las herramientas digitales suficientes para educar a distancia?

Las herramientas existen y son adecuadas y amplias para adaptarse a casi cualquier entorno educativo. La herramienta básica de la educación a distancia es la plataforma de aprendizaje electrónico (Learning Management System – LMS), que permite al profesor poner todo el material educativo a disposición de los alumnos y proveer la forma de hacer actividades de evaluación, como tareas, cuestionarios y entrega de proyectos. Hay plataformas gratuitas para instituciones educativas, como Microsoft Office 365 y Google Classroom, que requieren configuración para el caso particular, y otras que requieren instalación, como es el caso de la plataforma open source Moodle. También hay plataformas pagadas como Blackboard, Canva y ClassroomTV, desarrollada en Chile.

Algunas plataformas de aprendizaje electrónico tienen la videoconferencia incorporada, y en otros casos hay que complementarlas con las herramientas de videoconferencia, como Google Meet o Zoom. En general, las versiones gratuitas restringen la cantidad de personas conectadas simultáneamente, cuyo número crece con versiones pagadas.

Además, hay un amplio rango de otras herramientas que los profesores pueden usar: editar colaborativamente los documentos de proyectos educativos, crear páginas web, o tocar los instrumentos juntos en las clases de música. Todo depende de la creatividad y capacitación de los profesores.

Si las herramientas ya existen, ¿cuáles son los desafíos y oportunidades que ofrece un adecuado desarrollo de esta modalidad educativa?

En mi opinión, el desafío está en capacitar a los profesores en un uso adecuado de toda esta tecnología. Algunos pueden “conversar” con todas estas herramientas, mientras que otros apenas pueden enviar un mail.

Otro desafío importante es proveer computadores y acceso a internet para los alumnos de enseñanza secundaria y superior. Según los datos publicados por Educación 2020, sólo la mitad de los estudiantes tienen computadores e internet en sus casas. Y en caso de que vivan varios niños en la casa, compartir el computador en este escenario puede perjudicar el proceso de aprendizaje.

Por otra parte, nos encontramos frente a la oportunidad de aprender cómo apoyar con tecnología el proceso de aprendizaje de los niños. Hay muchos recursos que se pueden encontrar en internet sobre una gran variedad de temas. Los museos han puesto sus colecciones en sus páginas web o han grabado videos de paseos virtuales; en YouTube hay videos de editoriales confiables que pueden apoyar las explicaciones de los libros con animaciones y videos; Netflix ofrece películas y documentales que permiten conocer más, por ejemplo, de la obesidad o la segunda guerra mundial, y hay juegos y actividades que se pueden usar para hacer el aprendizaje más entretenido para estos niños del siglo XXI que no se separan de sus celulares ni para dormir, como Lab4U, aplicación desarrollada en Chile que transforma un celular en un laboratorio de Física.

Más que desarrollo de herramientas, es una oportunidad de repensar la educación en la era de la tecnología. Para trabajos futuros, nuestros hijos necesitan más habilidades tecnológicas que nunca antes, incluso pensando en el desarrollo del teletrabajo.

Creo que la educación a distancia será una de las formas más usadas en el futuro. Con la rapidez con que cambia el mundo y el trabajo, sería la forma de adquirir las habilidades que el mercado laboral requiere. Ya hay muchas empresas en Chile que capacitan de esta manera a sus trabajadores al ingresar.

 

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